Ah, las callecitas de Buenos Aires… Mitológicas, hermosas, silenciosas, arboladas, poéticas. Rotas, desquiciadas, violentas, sucias… En la capital argentina los extremos no sólo se tocan: son amantes de toda la vida. Una calle de Buenos Aires puede inspirar miles de tangos, pero el mismo taxi que decora sus letras de dimensiones trágicas también puede atropellarte en una esquina: si vas a Buenos Aires, más vale que tengas cuidado al cruzar, entre muchas otras cosas sobre las que debes tener cuidado. Volviendo a la poesía, ese ejercicio para el que todo porteño cree estar dotado, existe un riesgo muy alto de que te enamores de una ciudad en la que todo, pero todo lo que merece la pena, sucede en la calle.
Desde siempre. Como capital latinoamericana, creció en la fantasía de pensar que en realidad la geografía cometió un error: es evidente que somos una ciudad europea caída del mapa. «Buenos Aires está construida bajo la influencia de París», le comenté un día, en medio de un paseo iniciático, a un turista francés. «Ajá», respondió, y no dijo nada más. Después, cuando finalmente conocí París, entendí su silencio: salvo un par de manzanas o edificios a los que nos aferramos como a una mentira piadosa, la ciudad que nos enseñaron a amar carga con tanto mito encima que hasta nosotros mismos nos lo creímos. Eso sí: ni en el mejor paraíso primermundista uno puede divertirse tanto como en Buenos Aires. Quizás no tanto porque los argentinos tengamos la fiesta en el alma: eso sucede en Brasil. Pero sí porque, después de tantas frustraciones, después de tantos tragos amargos, vivimos dispuestos a beberlo todo de una vez para congelar los buenos momentos más allá del contexto: después de todo, si el mundo se viene abajo, recibiremos el Apocalipsis pasándola bien.
En Buenos Aires hay que ir a la cancha. O mejor: hay que ir a todas las canchas que se pueda. No importa si te gusta o no el fútbol, porque todos los domingos hay conciertos: la música de la tribuna popular es la banda sonora de cada tarde de fin de semana. Si lo tuyo es la gastronomía, nunca le digas que no a un «choripan» porteño en los alrededores del estadio. Hay que ir a ver a River, donde se concentra buena parte de la histeria porteña. A Boca, nacional y popular, la cancha más ruidosa, un estadio deforme que late con cada ataque xeneixe. A San Lorenzo, representante, junto a su eterno rival de barrio Huracán, de la bohemia porteña: en las pocas cuadras que se reparten ambos clubes se concentra la identidad histórica del corazón del Buenos Aires del tango y las viejas costumbres. También a Vélez Sarsfield, cuyo hermoso estadio –el mejor para ver fútbol, según los que saben– bordea la frontera con la provincia.
Ah, los otros riesgos de Buenos Aires. Si les creemos a los periódicos, vivimos en la ciudad más peligrosa del planeta. Nada más lejos de la realidad: nadie que sepa cuidar un poco sus espaldas estará más o menos a salvo aquí que en la Rambla de Barcelona, en las playas de Río o en el metro de Nueva York. De San Telmo o La Boca a Palermo o el Abasto, los barrios más turísticos están maquillados pero no son divas: pueden recorrerse con la seguridad de que en cada uno de sus rincones descansa el ADN de la ciudad. Sobre todo porque Buenos Aires creció con la culpa de haber sido edificada de espaldas al Río de la Plata: la playa más cercana se encuentra a 400 kilómetros, al revés de lo que sucede en Montevideo. Entonces, cada barrio es un mundo unido por quinientas líneas de colectivos. Conocer a uno es conocerlos todos: casi no existe barrio que no tenga su clásico bar, su pool, su milonga, su comisaría, su club social, su delaer, su pizzería, su personaje famoso, su kiosco de la esquina, su levantador de quiniela, su estación de radio, su club de fútbol, su cantante de tango retirado, su grupo de rock más o menos famoso… Porque Buenos Aires respira en cada barrio, con las contradicciones de un fumador compulsivo que sabe que aquello que necesita es justamente lo que lo mata. Y cada uno lo hace como si no quedara tiempo, a mil kilómetros por hora, entre la vida y la muerte, creyéndose los mejores pero sabiendo que no lo son, opinando de todo, hablando sin parar, vendiendo cosas por la calle, saltando en un recital de rock, bailando hasta las diez de la mañana en una fiesta electrónica, sin dormir pero siempre soñando. ¿Demasiada poesía? Bueno, estamos hablando de Buenos Aires.
Por Nicolás Miguelez, editor y músico.
Pocas veces una ciudad habrá impresionado tanto el costado sensible de un artista como Buenos Aires a Jorge Luis Borges. La «ciudad junto al río inmóvil» fue para el escritor tanto la tela de fondo de gran parte de su obra como el material esencial de su talento narrativo. Borges fue un peregrino infatigable de sus calles y ahí mismo obtuvo lo esencial de su pensamiento poético y de sus sueños. Estaba tan ligado a la intimidad de esta ciudad que ella y él hacían uno.
La Fundación Internacional Jorge Luis Borges y el Ministerio de Cultura de Buenos Aires nos permiten asomarnos a una extracción de «El Atlas de Borges», una exposición itinerante que refleja las infinitas formas que proponen sus viajes por el mundo.
En su paso por Zaragoza Latina, la muestra fotográfica tiene como eje dos estaciones claves de su periplo: la Buenos Aires que tanto amó y la España que lo maravilló con sus olores y sonidos familiares. Muestra producida por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y Ministerio de Cultura de Buenos Aires.
Más información: www.fundacionborges.com
Todo comenzó allá por 2002, cuando NN y GG decidieron comenzar a utilizar a las calles de la capital argentina como «espacio de escritura», de acuerdo a su propia definición. «La razón para agruparnos fue sencilla: lo que poníamos en la pared eran ideas que compartíamos. Por otro lado, nos resultaba práctico funcionar como equipo para salir a pintar. Además compartimos el gusto por el ‘hazlo tu mismo’ como sistema de organización, producción y distribución de la obra, ya sea en forma de fanzines, adhesivos, afiches, stencils, etc». A partir de allí todo fue crecimiento, una circunstancia que los llevó a exponer su idea del arte urbano en distintas ciudades del mundo como Milán, Londres o el DF mexicano: cómo no imaginarlos vigilando las paredes de aquellos sitios a los que fueron invitados, después de conocer cada rincón de Buenos Aires, ciudad a la que aportan no sólo imágenes o mensajes, sino también una actualidad que ayuda a comprender su carácter. «Pintar en la calle nos produce más preguntas que respuestas », afirman.
Más información: www.bsasstencil.com.ar
En teoría suena como una quimera: una pyme tercermundista, anclada a la realidad social del país y con códigos propios. Una editorial manejada por editores que más que intelectuales son verdaderos obreros, que además de cumplir su rol social de difundir manifestaciones literarias lograron construir una fuente de estable trabajo, de un modo muy original. ¿Por qué Eloísa Cartonera es todo eso y más? Porque la enorme cantidad de títulos que publican por mes (su catálogo incluye desde escritores consagrados a debutantes) están fabricados con cartones que son comprados a los «cartoneros», una enorme cantidad de gente sin recursos ni trabajo que vive de recogerlos en las calles para venderlos. Hace unos años la empresa los llevó a São Paulo, donde reprodujeron el modelo con cartoneros locales. «Tenemos un taller en el barrio de La Boca, en donde imprimimos y fabricamos cientos de libros por semana. Somos apasionados, creemos que el arte debe ser un movilizador social. No somos independientes ni editores, somos trabajadores y agitadores culturales. Creemos en el cooperativismo ». Si como parece una nueva forma de revolución cultural está en marcha, entonces ya tiene a sus caciques.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Más información: www.eloisacartonera.com.ar
Una editorial revolucionaria. Varios batallas en las arenas del arte sin recursos. Muchas ideas. Obras de teatro. Muestras y más muestras. Diseño gráfico. Las diagonales de un diagrama de vectores imaginario tocarían siempre al mismo nombre: Javier Barilaro. Pero si hay algo que define como nada al espíritu inquieto de este diseñador y artista argentino de 34 años es su inquebrantable orgullo latino. Dice Javier: «Una vez, discutiendo con una curadora danesa sobre la etiqueta ‘arte latinoamericano’, le dije que sólo me interesaba la segunda parte, o sea, lo latinoamericano; si lo que hago es o no arte no me preocupa». Después de varios años trasnochando el under porteño, Barilaro fundó, junto al escritor Washington Cucurto, la editorial Eloísa Cartonera, una pyme tercermundista, anclada a la realidad social del país y con códigos propios: la enorme cantidad de títulos que publican (su catálogo incluye desde escritores consagrados a debutantes) están fabricados con cartones que son comprados a los «cartoneros», gente pobre y sin trabajo que vive de recogerlos en los residuos para venderlos.
Hace unos años la empresa los llevó a São Paulo, donde reprodujeron el modelo.
Presenta la obra Un trópico clavado en el corazón. Grandes exitos del verano argentino.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Más información: www.c-y-b.com.ar/artistas/barilaro
Cuando se camina por Buenos Aires, se palpita que el rock argentino ha echado raíces, algo que en los inciertos comienzos pocos podrían haber imaginado, sobre todo aquellos que «naufragaban» por esas mismas calles de la ciudad. No fue un recorrido ni fácil ni sencillo el de estos cuarenta años. El rock creció entre dictaduras y democracia, se multiplicó, se diversificó y logró sobrevivir. Adoptó un sabor indudablemente porteño: la posibilidad de cantar esa música en otro idioma que no sea el inglés se patentó en esta orilla del Río de la Plata. Y así como el rock le dio un nuevo color a la ciudad, la ciudad también alimentó al rock. Sus letras revelan un universo inesperado, son canciones ancladas en un territorio tan real como imaginario: modos de vivir la ciudad, de definirla e incluso de construirla. El rock la canta y la nombra, cita esquinas y bares, calles y subtes, colectivos y plazas. La mejor evidencia son estas doce aguafuertes urbanas, que funcionan como un resumen eléctrico de esta relación avivada por el fuego sagrado de la música.
Textos y fotos: Adriana Franco, Gabriela Franco y Darío Calderón.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Una ciudad de doscientos kilómetros cuadrados y más de tres millones de habitantes es difícil de fotografiar en una semana –el tiempo del que dispuse en agosto de 1971–. Las fotos de esta exposición no son sino una muestra de mi trabajo de medio siglo, en el que siempre intento evitar los lugares comunes. Como Henri Cartier- Bresson, pienso que la foto no es un arte sino una artesanía. El blanco y negro es en toda mi fotografía una elección deliberada, como lo es la ausencia de «efectos »: huyo de la fotografía artística como de la peste y opto con fervor por el reportaje y los principios de composición y contenido que aprendí en mi juventud del trabajo de aquél gran maestro. Como él, y por temperamento, excluyo de mi observación el sufrimiento ajeno y la violencia.
Muestra producida por Casa América.
Mario Muchnik nació en Buenos Aires en 1931. Trabajó como fotógrafo, físico y editor de textos hasta 1973, entre Italia, la Argentina, Francia e Inglaterra. Ese año fundó Muchnik Editores en Barcelona, y desde entonces se enfocó en la literatura, tanto como autor como en su rol de editor –también dirigió la editorial Seix-Barral y Anaya & Muchnik–. Actualmente vive en Madrid, donde tutela el Taller de Mario Muchnik. Su producción literaria incluye varias obras de ficción y dos volúmenes de memorias: Lo peor no son los autores y Banco de pruebas.
Más información: www.mariomuchnik.com
Cátedra Gabriele: Buenos Aires Hora 0
La Cátedra de Diseño Gráfico Gabriele de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), de la Universidad de Buenos Aires (UBA), tiene una trayectoria de cinco años, con un promedio de 550 estudiantes anuales divididos en tres niveles. La enseñanza del diseño tiene bastas zonas de acción y múltiples enfoques según las distintas «escuelas». La nuestra en particular considera la enseñanza como la búsqueda permanente de «fisuras transitables», para entonces poner la propia práctica en conflicto y modificarla. Este proceso implica asumir que la teoría asimilada y las destrezas adquiridas son apenas un punto de partida hacia otras respuestas, teorías y prácticas en busca de nuevos modos de comunicar. El desafío es incentivar la apertura de nuevas relaciones entre sujeto y objeto, donde se incluyan el absurdo y la contradicción. Y privilegiar la composición de problemas como matriz estructurante del conocimiento.
«Buenos Aires Hora Cero» es una puesta en práctica de estos postulados, cuya consecuencia concreta es esta exposición interdisciplinaria que exhibe la producción de obras realizadas exclusivamente por estudiantes de la cátedra para Zaragoza Latina. La muestra se divide en tres apartados: «Constelación Buenos Aires. Los barrios », «Circuitos urbanos» y «Retratos porteños».
Más información: www.catedragabriele.com.ar
Cada vez que Ricardo «Liniers» Siri presenta uno de sus nuevos trabajos en alguna librería de Buenos Aires, la histeria que se genera no tiene precedentes: su público manifiesta un nivel de fanatismo más propio de una estrella de rock que de un historietista de treinta y conco años. Sus tiras despiertan pasión: sus personajes son en apariencia inocentes, pero su nivel de retórica existencial es tan simpática como incisiva. La presencia gráfica de la obra en crecimiento constante de Liniers también tiene adeptos, y algunos bastante célebres: diseñó las portadas de los últimos discos de Kevin Johansen y Andrés Calamaro. En 2007 abandonó la capital argentina durante siete meses para instalarse en Canadá: ganó una beca que le permitió vivir, al menos por un tiempo, lejos de su Buenos Aires querido. A su regreso comprobó en persona el éxito de su tira diaria en el periódico La Nación, que finalmente fueron compiladas y publicadas en una serie de libros cuyas ediciones se agotan sistemáticamente. Tiene sus romances esporádicos con la pintura (realizó varias muestras entre 2001 y 2008, algunas de ellas en el exterior). Si están por Buenos Aires y se topan con una cola de gente frente a una librería con bolígrafo en mano, ya lo saben: debe ser Liniers firmando alguno de sus éxitos.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Más información: www.porliniers.com
Al momento de sentarse a diagramar una lista con los nombres de peso del rock argentino con los que trabajó Alejandro Ros, enseguida se hace evidente que sería más breve citar a aquellos con los que no lo hizo que a los que tuvieron la suerte de contar con sus ideas. Ros, además de diseñar muchísimas portadas de discos antológicas –Soda Stereo, Juana Molina, Babasónicos, Julieta Venegas, Spinetta, Jaime Roos, Bajofondo, Fito Páez… En fin: lo dicho– también pasará a la historia como el creador de las estupendas portadas que diseñó para el suplemento Radar, del periódico Página/12.
Nació en Tucumán hace cuarenta y cuatro años, y recibió el primero de una larga serie de premios (muchos de ellos internacionales) en 1985, en la Bienal de Diseño de Buenos Aires. Su primera aparición en un libro fue a través de la editorial Argonauta, y este año aparece reseñado en el volumen Latin American Graphic Design, editado por Taschen. Expuso en Japón, y colaboró en medios gráficos chinos, suecos e ingleses. Nadie puede decir que a Ros le falta currículo, ni trabajo, ni ideas… Ni un lugar entre los más grandes: ya es un referente que, seguramente, dejará una marca indeleble en el diseño gráfico local.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Más información: www.alejandroros.com.ar
«El tango te espera», dicen los que saben. Y tienen razón. Vivir en Buenos Aires, conocerla, sufrirla, caminarla, disfrutarla, en fin, cualquier actividad que tenga que ver con la ciudad incluye un pasaje abierto al reino del tango: siempre habrá alguno que represente a todo porteño de ley en algún momento de su biografía personal. ¿Tu mujer te abandonó? Sale un tango. ¿La juventud pasó de largo sin avisar? Otro. ¿Llegaste a la conclusión de que la vida es una herida absurda? Sí, un tango. ¿Extrañas a tus viejos amigos? Hay para todos. Letras como manuales de vida, música que viene adjunta a sus calles y sus barrios. Hoy el tango está más vivo que nunca, y la confirmación es esta sala temática. Hay imágenes actuales del 10º Festival de Tango y del 6º Mundial de Tango, ambos realizados en 2008 en la Ciudad de Buenos Aires, como para chequear su buen estado de salud; réplicas de viejas partituras, fotos y biografías de los nombres ilustres, y proyecciones de documentales, producidos por Tevé Ciudad (Intendencia Municipal de Montevideo).
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina, con la colaboración del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Cualquier turista que recorra las callecitas de Buenos Aires se chocará en algún momento con el «fileteado porteño», esa forma de trazo tan colorida y casi psicodélica, que suele usarse para adornar mensajes, anuncios o frases chispeantes. Es, por supuesto, una manifestación artística ancestral, pero su excelente estado de salud actual no sería el mismo sin las labores y la pasión de Alfredo Genovese, verdadero custodio de la tradición. «El fileteado porteño constituye la expresión plástica propia de la ciudad de Buenos Aires, en la misma medida en que el tango es su música», ilustra el autor. «Nació como decoración de carros, camiones y autobuses y fue evolucionando». Hoy la técnica se extendió a la gráfica, la publicidad, el body-art y los tatuajes, para convertirse en un modo de diseño contemporáneo. Genovese se interesó por el fileteado cuando descubrió que su enseñanza no figuraba en los programas de las escuelas de arte. Desde entonces estudió con los más grandes, vivió unas temporadas en Italia hasta que en 1993 regresó a la Argentina para comenzar con su evangelización del género.
Hoy es un referente ineludible, con varias medallas encima. Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
Más información: www.fileteado.com.ar
Un domingo cualquiera puede ser, para cualquier simpatizante de un club de la capital, la llave de la felicidad. Pero también puede convertirse en el pasaporte a un infierno que durará una semana, hasta el otro domingo, dependiendo del resultado de su equipo. Porque la particularidad de ser hincha en Buenos Aires es que la gran mayoría de los clubes con más seguidores viven amontonados en la misma ciudad: no hay escapatoria. Todo comienza en los potreros, esas canchitas de tierra donde los futbolistas, aquellos que llegan a profesionales y aquellos que no, realizan sus primeras gambetas, como está descrito en el libro Potrero, editado por Retina y con prólogo de Diego Armando Maradona. Después los senderos se bifurcan, y quienes no salgan al césped irán a la cancha a gritar y cantar, como lo muestran las imágenes del programa de televisión El Aguante, también disponible en esta sala. O sencillamente se quedarán en sus casas, escuchando a los relatores de siempre, con su estilo tan particular, mirando a los muñecos y el resto de la simbología futbolera. Porque en sólo noventa minutos está en juego el humor de la semana entrante. Aquí un pequeño homenaje a los sentimientos que despierta el fútbol en «la ciudad de la pelota», como la define en una de sus canciones Andrés Calamaro.
Muestra producida en exclusiva para Zaragoza Latina.
17 de enero de 2009
La Campana de los Perdidos
c/Prudencio, 7
Entrada libre
Lisandro Aristimuño
www.lisandro.biz
Gabo Ferro
www.gaboferro.com.ar
27 de noviembre de 2008
Centro de Historia
20:30 h. Entrada libre.
4 de diciembre de 2008
Cafetería del Centro de Historia
20:30 h.
Pato Badian y Hernán Filippini, en una oferta íntima y minimalista, seleccionan un repertorio en el que prima narrar cantando las historias que decoran la capital del país donde nacieron (Buenos Aires) para que las distancias sean, al menos por momentos, un poco más cortas.
Sábado 14 de febrero
Plaza José Sinués
(parte posterior del Teatro Principal)
12:00 h. Entrada libre
Cristina Sosa y Daniel Inacucchio, Campeones Mundiales 2008.
Con la colaboración de:
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Asociación de Amigos del Tango El Garage
Centro de Historia
Entrada libre hasta completar aforo
Todas las proyecciones son a las 20:00 h.
Este ciclo de cine cuenta con la colaboración del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
de Argentina (INCAA) y de la Embajada de la República Argentina en España.
Viernes 30 de enero
Buenos Aires viceversa
(Dirección y guión: Alejandro Agresti)
1996
Duración: 122 minutos
Recomendada para mayores de 13 años
Jóvenes desorientados, dos de ellos son hijos de padres desaparecidos en la última dictadura, entrelazan sus vidas con adultos llevando la acción a un final tan dramático como simbólico del pasado reciente, cuyos efectos perduran en pensamientos y acciones de los protagonistas.
Intérpretes: Vera Fogwill, Fernán Mirás, Nicolás Pauls, Mirta Busnelli, Carlos Roffe, Mario Paolucci, Laura Melillo, Carlos Galettini, Lorenzo Quinteros, etc.
Viernes 6 de febrero
Nevar en Buenos Aires
(Dirección: Miguel Miño / Guión: Lito Espinosa y Roberto Montini)
2005
Duración: 104 minutos
Recomendada para mayores de 13 años
Un hombre introvertido, presa de un trabajo rutinario de oficina; quien a causa de un repentino ataque de calor , se desborda y comienza a cambiar la visión de su vida cotidiana, de tal forma, que decide enfrentar en absoluta soledad a todo un sistema y a su vida misma.
Intérpretes: Fabio Aste, María Cárdenas, Agustina Lecouna, Ramiro Blas, Ernesto Claudio, Abian Vainstein, Eduardo Carmona, Juan Diego West.
Jueves 12 de febrero
Habitación disponible
(Dirección y guión: Eva Poncet, Marcelo Burd y Diego Gachassin)
2004
Duración: 80 minutos
Tres inmigrantes viviendo en una Buenos aires inmersa en la profunda crisis económica, política y social desatada a fines de 2001 y principios de 2002, donde están obligados a replantearse constantemente sus movimientos y a reflexionar acerca de lo que eran en su país de origen, lo que son en esta nueva tierra y lo que sus hijos serán aquí o allá, en algún lugar de la aldea global.
Viernes 13 de febrero
Abrazos. Tango en Buenos Aires
(Dirección: Daniel Rivas / Guión: María Cecilia Geraghty y Adrián Sergio
D’Amore)
2003
Duración: 90 minutos
Documental sobre el Quinto Festival Buenos Aires Tango.
Jueves 19 de febrero
Pizza, birra, faso
(Dirección y guión: Bruno Stagnaro / Israel Adrián Caetano)
1997
Duración: 80 minutos
Recomendada para mayores de 16 años
El Cordobés vive con sus tres amigos y su mujer embarazada, Sandra, en la misma casa. Esta banda de adolescentes marginales pulula por Buenos Aires viviendo del robo pero siempre dependen de alguien que los emplea y les quita la mayor parte del botín. La filosofía de vida del Cordobés y los suyos parece ser que mientras no falten la pizza, cerveza y cigarrillos, todo es soportable.
Intérpretes:
Héctor Anglada, Jorge Sesán, Pamela Jordán, Alejandro Pous, Walter Díaz, Adrián Yospe, Daniel Dibiase, etc.
Jueves 26 de febrero
Buenos Aires 100 km
(Dirección y guión: Pablo José Meza)
2004
Duración: 93 minutos
Recomendada para mayores de 13 años
Un pueblo, alejado de la ciudad de Buenos Aires por 100 kilómetros. Con sus costumbres. Con sus mentiras, sus secretos, su idiosincrasia. Un lugar que sueña con la capital del país. Un lugar quedado en el tiempo. Cinco chicos deseando crecer de golpe. Soñando vivir en un lugar mejor. Queriendo mantener una amistad que está en peligro. Saboreando, tal vez, el último verano juntos.
Intérpretes: Juan Ignacio Pérez Roca, Emiliano Fernández, Alan Ardel, Hernán Wainstein, Juan Pablo Bazzini, Sandra Ballesteros, Roly Serrano, Daniel Valenzuela, Adriana Aizemberg, etc.
Viernes 27 de febrero
Mercano el marciano
(Dirección: Juan Antín / Guión: Juan Antín y Lautaro Núñez de Arco)
2002
Duración: 75 minutos
Animación
Largometraje cinematográfico basado en el popular personaje animado de la televisión. Un marciano que usa las alcantarillas porteñas como base de operaciones para armar un mundo virtual.
Mesa redonda con Malena Alterio, María Botto y Marina Gleze
Moderador: Luis Alegre
Viernes 23 de enero de 2009
Centro de Historia
20:00 h. Entrada libre (hasta completar aforo)
El próximo viernes 23 de enero, a las 20:00 horas, en el Centro de Historia, se celebrará la mesa redonda «Cine argentino-Cine español: Tan lejos, tan cerca», un encuentro en el que participarán las actrices Malena Alterio, María Botto y Marina Glezer.
El encuentro será moderado por el periodista y cineasta aragonés Luis Alegre.
A lo largo del encuentro, las invitadas -tres excelentes actrices- charlarán alrededor del cine argentino de los últimos años, de las relaciones entre las cinematografías de España y Argentina y de sus propias experiencias profesionales.
Marina Glezer es la única que reside en Buenos Aires. Malena Alterio y María Botto, aunque nacidas en Argentina, se exiliaron en Madrid en la segunda mitad de los años 70, en plena dictadura militar: el padre de Malena, Héctor Alterio, fue amenazado de muerte por la Triple A, mientras el actor se encontraba en el Festival de San Sebastián.
Malena Alterio. Hija del actor Héctor Alterio y hermana de Ernesto Alterio.
En 1975, con poco más de un año de edad, se trasladó con su familia a Madrid. Se educó como actriz en la escuela de Cristina Rota y se reveló en «El palo» (2000, Eva Lesmes). Popularizada por series de televisión como «Aquí no hay quién viva» y «La que se avecina», ha protagonizado teatro («Tío Vania») y películas dirigidas por Pablo Berger («Torremolinos 73»), David Serrano («Días de cine») o Ángeles González Sinde («Una palabra tuya»). Fue candidata al Goya por «El palo» y ha obtenido diversos premios por su trabajo «Aquí no hay quién viva».
María Botto. Con cuatro años llegó con su familia a Madrid. En 1985, con once años, interpretó sus primeras películas con José Luis Guerín («Los motivos de Berta»), Paco Lucio («Teo, el pelirrojo») y Jaime de Armiñán («Stico»). Ha trabajado con otros directores españoles: Vicente Aranda («Si te dicen que caí»; «Celos»; «Carmen»), Montxo Armendáriz («Silencio roto»), Joaquín Oristrell («Los abajo firmantes») o David Trueba («Soldados de Salamina»). Ha interpretado series de televisión como («Un chupete para ella»,»Círculo Rojo») y obras de teatro («El zoo de cristal») Fue candidata al premio Goya por «Soldados de Salamina» y por «Celos», película por la que obtuvo el premio a la mejor actriz en el Festival de Toulouse.
Marina Glezer. De padres argentinos, nació en Brasil y reside en Buenos Aires. Formada en el teatro, se reveló en «El polaquito» (2003, Juan Carlos Desanzo), por la que obtuvo el Cóndor de Plata y el premio a la mejor actriz en el Festival de Montreal. Ha interpretado otras películas («Natural», «Estrella del sur», «Valentín») y fue dirigida por Adolfo Aristarain en «Roma», al lado de Juan Diego Botto. Ha protagonizado diversas series de la televisión argentina
28 de noviembre de 2008
Centro de Historia
19:00 h. Entrada libre.
El fileteado porteño constituye la expresión plástica propia de la ciudad de Buenos Aires, en la misma medida en que el tango es su música. Se trata de un arte popular que nació a principios del Siglo XX como decoración de carros, camiones y autobuses (los colectivos), de formas estilizadas y una técnica pictórica compleja.
El fileteado fue evolucionando y desde hace unos años su uso en los vehículos se extendió a la gráfica, la publicidad, el bodyart y los tatuajes convirtiéndose así en una original forma de diseño contemporáneo.
La charla, acompañada de imágenes, tratará sobre el concepto, la historia, la técnica y las aplicaciones del fileteado porteño desde sus orígenes hasta nuestros días.
Alfredo Genovese
Cualquier turista que recorra las callecitas de Buenos Aires se chocará en algún momento con el «fileteado porteño», esa forma de trazo tan colorida y casi psicodélica, que suele usarse para adornar mensajes, anuncios o frases chispeantes. Es, por supuesto, una manifestación artística ancestral, pero su excelente estado de salud actual no sería el mismo sin las labores y la pasión de Alfredo Genovese, verdadero custodio de la tradición. «El fileteado porteño constituye la expresión plástica propia de la ciudad de Buenos Aires, en la misma medida en que el tango es su música», ilustra el autor. «Nació como decoración de carros, camiones y autobuses y fue evolucionando». Hoy la técnica se extendió a la gráfica, la publicidad, el body-art y los tatuajes, para convertirse en un modo de diseño contemporáneo. Genovese se interesó por el fileteado cuando descubrió que su enseñanza no figuraba en los programas de las escuelas de arte. Desde entonces estudió con los más grandes, vivió unas temporadas en Italia hasta que en 1993 regresó a la Argentina para comenzar con su evangelización del género. Hoy es un referente ineludible, con varias medallas encima.
Más información: www.fileteado.com.ar
29 de noviembre de 2008
Centro de Historia
12:00 h. Entrada libre
La enseñanza del diseño tiene bastas zonas de acción y múltiples enfoques según las distintas «escuelas». La nuestra en particular considera a la enseñanza como la búsqueda permanente de «fisuras transitables», para entonces poner la propia práctica en conflicto y modificarla.
Este proceso implica asumir que la teoría asimilada y las destrezas adquiridas son apenas un punto de partida hacia otras respuestas, teorías y prácticas en busca de nuevos modos de comunicar.
El desafío es incentivar la apertura de nuevas relaciones entre sujeto y objeto, donde se incluyan el absurdo y la contradicción. Y privilegiar la composición de problemas como matriz estructurante del conocimiento.
Marcelo Gabriele
Es diseñador gráfico y Jefe de Cátedra de Diseño Gráfico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La Cátedra Gabriele tiene una trayectoria de cinco años, con un promedio de 550 estudiantes anuales divididos en tres niveles.
Más información: www.catedragabriele.com.ar
4 de marzo
Centro de Historia
19: 30 h. Entrada libre (hasta completar aforo)
Presentado por Jorge Alemán (Consejero Cultural de la Embajada Argentina)
Enriqueta Estela Barnes de Carlotto
Nació el 22 de octubre de 1930 en la Capital Federal, Argentina. Hija de Miguel Alejandro Barnes y Edwig Frances May Wauer.
Ya recibida de Maestra Bachiller, Estela se casó con Guido Carlotto, un técnico químico. Tuvieron cuatro hijos: Laura Estela, Claudia Susana, Guido Miguel y Remo Gerardo.
Estela se desempeño como Maestra de grado en la Escuela Nacional N° 102 Coronel Brandsen (Provincia de Buenos Aires), para luego ascender a directora de esa misma Institución.
El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en la República Argentina por medio de un golpe de Estado.
Desde ese momento, el régimen militar, que se autodenominó «Proceso de Reorganización Nacional», llevó adelante una política de terror. La «desaparición», forma predominante a través de la cual ejerció la represión política, afectó a 30.000 personas de todas las edades y condiciones sociales que fueron sometidas a la privación de su libertad y a la tortura.
Fueron centenares las criaturas secuestradas con sus padres o nacidas en los centros clandestinos de detención, y a donde fueron conducidas muchas jóvenes embarazadas. Entre estas jóvenes estaba Laura, la primera hija de Estela, que fue secuestrada el 26 de noviembre de 1977. Ella estaba embarazada de dos meses y medio de gestación.
Estela comenzó la búsqueda de sus seres queridos, sin saber cómo, ni donde, en soledad, corriendo el riesgo de ser secuestrada, como lo había sido por
25 días su esposo Guido, el que fue liberado con signos de tortura y de haber vivido un infierno, el que compartió Estela que desde afuera lo buscó incansablemente.
Esta nueva etapa de su vida la determinaron a retirarse de la docencia para estar disponible en todas las horas a su triste misión.
Laura y su compañero estuvieron detenidos-desaparecidos en el centro clandestino de detención denominado “La Cacha”, que funcionaba en los alrededores de la ciudad de La Plata. El 26 de junio dio a luz a un niño al cual llamo como su padre, Guido. Tan solo cinco horas pudo estar Laura con Guido, el cual le fue arrebatado cuando volvió a ser trasladada a “La Cacha”. El 25 de agosto de 1978 Laura fue asesinada por el personal militar del área operacional 114. Su cuerpo les fue entregado a sus padres. Su hijo Guido continúa desaparecido.
El enterrar a su hija, no debilitó las fuerza de Estela ya que se dedicó para siempre a buscar Verdad y Justicia y a su nieto Guido. En 1978 ingresó al grupo de mujeres que como ella buscaban a sus detenidos desaparecidos teniendo como lugar de encuentro, entre otros, la Plaza de Mayo y como distintivo el pañuelo blanco. Ya formalmente constituida la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo desempeño el cargo de vicepresidenta y desde 1989 como Presidenta, tarea que ha permitido el encuentro de 95 nietos.
Por su trayectoria ha recibido innumerables reconocimientos dentro y fuera del país como Doctorados Honoris Causa, Presidencias Honorarias, Cátedras de Derechos Humanos, Orden de la Legión de Honor del Gobierno de Francia, Premio Roma por la Paz 2002 por su acción humanitaria. Orden del Mérito en el grado de Comendador de la República italiana. Premio a la Defensa de los Derechos Humanos 2003 de Naciones Unidas. Condecoración de la Orden Nacional «Al merito» Presidente de la República de Ecuador, etc. Además representa a la Asociación en eventos nacionales e internacionales produciendo documentos para tal fin
Jorge Alemán Lavigne es actualmente Consejero Cultural de la Embajada de la República Argentina en España. Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Premio de poesía 1974 Fondo Nacional de las Artes (Argentina). Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Miembro fundador de Cruce Arte y Pensamiento (Madrid). Miembro del Consejo académico de la Fundación Descartes (Argentina). Ha publicado mas de 20 libros sobre la temática psicoanálisis y filosofía (Lacan: Heidegger) Recientemente publicó «Arte, Ideología y Capitalismo» junto a Slavoj Žižek (editorial Circulo de Bellas Artes) y «No Saber» editorial Demipage.